El diseño paísajístico y arquitectónico del espacio donde se desarrollan todas las actividades juega un rol fundamental que nos permite una interacción constante entre el ser humano y la naturaleza.

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La realización concreta de actividades pedagógicas y terapéuticas en contacto directo con los elementos naturales y el ciclo anual de las cuatro estaciones pone al individuo en un aquí y ahora, existencial, presente y gestador de futuro.

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Además, en los espacios reservados para la huerta, los árboles autóctonos y  frutales,  toda la comunidad comenzando por los más pequeños, vivencian todos los procesos agrícolas hasta la cosecha y su posterior procesamiento. Estos procesos les brindan experiencias sobre la procedencia y la calidad del alimento, que a su vez serán consumidos en el comedor del Jardín - Escuela. Todas estas vivencias  son complementadas en procesos intelectuales en el aula.